El envejecimiento es un proceso muy individual, cada persona envejece a diferente velocidad y de distintas maneras. El proceso de envejecimiento varia según las circunstancias de la vida de cada persona: salud, ingresos, familia, personalidad, etc. Este proceso es complicado y abarca todo el organismo incluyendo al sistema nervioso central variando entre un órgano a otro y entre distintos individuos.
Todas las teorías se centran en lo que ocurre en las células al pasar el tiempo. Se producen cambios que alteran la capacidad funcional de la célula y cuando se han alterado un cierto numero de ellas aparecen los cambios del envejecimiento. Algunas teorías indican que estos cambios se deben a un programa genético interno al igual que el nacimiento, el crecimiento y el desarrollo. Otras teorías suponen que el envejecimiento se debe a una lesión que aparece en varios sistemas orgánicos durante la vida y que podría estar motivada por el desgaste, por sustancias nocivas, por lo que comemos y bebemos, etc.
El proceso de envejecimiento se mantiene tanto en salud como en enfermedad. Diferenciamos a las personas de mas de 65 años hasta los 85, de las personas de mas de 85 años o ancianos. Estos últimos deben reaprender a acostarse y levantarse, a como estar de pie, a sentarse y donde, a caminar, si es que es importante para ellos ser independientes. Cuando un anciano entra en una habitación debe realizar una revisión mental sobre las cosas que le pueden estorbar o ayudar dentro de ella. En el baño deben observar si la bañera y/o ducha tienen suficientes agarraderas y si alcanzan con facilidad y si hay alfombras antideslizantes.
En el momento en que la mayoría de las personas llegan a los 65 años, ya han experimentado numerosas tensiones. Se sabe que cuantas más tensiones padece la persona peor es su salud. Se considera que las pérdidas juegan un papel central en la fase de envejecimiento. Algunas pérdidas que se producen con la edad son: privación de seres queridos, de la productividad, de los papeles habituales, de ingresos, de movilidad, de salud y capacidad física, de posesiones, de relaciones y objetivos de vida.
Las reacciones y respuestas a esta pérdidas son variables y oscilan entre respuestas saludables o de adaptación o reacciones mal adaptadas.
Para que el anciano pueda superar sus pérdidas debe continuar actuando en la vida. Debe mantener una constante e intensa comunicación con los demás y participar en actividades y objetivos con significado. Este enfoque les permite seguir estando emocionalmente ligados a la continuidad de la vida. La senectud puede ser un periodo de crecimiento y autodesarrollo constante y puede ofrecer una nueva oportunidad de servicio a la comunidad.
Indudablemente el stress envejece a las personas y es una causa bien demostrada de ansiedad, depresión y otros trastornos. Las causas psicológicas combinadas con las físicas del envejecimiento aceleran el proceso. Las personas ancianas que no han alcanzado la madurez emocional para ser un adulto productivo tienen menos recursos internos en los que apoyarse.
La declinación biológica más evidente se observa en una disminución espectacular de la capacidad de reserva de energía física a la que recurren los individuos en caso de necesidad. El individuo se ve sometido con el paso del tiempo a una serie de cambios psicológicos y físicos: disminución gradual del rendimiento perceptivo, el tejido conjuntivo se vuelve mas rígido y menos capaz de permitir el paso de nutrientes, el sistema cardiovascular se vuelve menos eficaz, el corazón es mas fláccido y circula menos sangre, lo que a su vez afecta otros órganos como el cerebro. A medida que envejecemos disminuye la función renal en hasta un 50%, también hay menos jugos gástricos y saliva para la digestión. Todas las condiciones físicas de la tercera edad son susceptibles de tratamiento medico.
Según algunas estadísticas, en 1988 las personas que alcanzaban los 65 años tenían una esperanza media de vida de otros 16 años y medio. Pero como contrapartida, a medida que aumenta la esperanza de vida también lo hace el número de enfermedades que limitan la actividad y necesitan asistencia curativa.. El estado de salud de la mayoría de las personas ancianas está afectado por lo menos por un problema crónico, 4 de cada 5 personas de 65 años o más padecen una alteración y muchas padecen varias.
Las principales alteraciones crónicas que limitan la actividad del anciano son: artritis (50%), hipertensión arterial (37%), alteraciones auditivas, cardiopatías, cataratas, alteraciones ortopódicas, alteraciones visuales, diabetes, várices, enfermedad de Alzheimer.
Todo el mundo experimenta cambios fisiológicos con la edad. En el anciano estos cambios producen una declinación gradual del rendimiento de los diferentes órganos y sistemas. En cuanto a la conducta, el envejecimiento incluye cambios en los sentidos, inteligencia, memoria, aprendizaje, resolución de problemas y rendimiento psicomotor.
Las personas de tercera edad se enfrentan al reto de asumir una mayor responsabilidad sobre su propia salud y de realizar opciones inteligentes sobre su estilo de vida. Entre otras cosas, esto significa desarrollar patrones de ejercicio regular y adecuado, comer alimentos nutritivos y bien equilibrados, mantener un ambiente domiciliario que reduzca al mínimo el riesgo de accidentes, solicitar asistencia medica y odontológica periódica. Si se adoptan estas sanas practicas de forma continua, pueden retrasarse o evitarse las alteraciones debilitantes o discapacitantes durante el resto de su vida. La persona anciana que envejece mejor es la que permanece activa: "No nos dejamos de mover porque nos ponemos viejos sino que nos ponemos viejos porque nos dejamos de mover".
Los tipos de actividades esenciales para promover un estado activo de salud positivo y reducir los factores de riesgo que contribuyen a la declinación funcional es:
1. EJERCICIO: el ejercicio en personas de mediana y tercera edad puede hacer retroceder el reloj de 10 a 25 años. Entre los beneficios del ejercicio moderado se encuentran: mejor funcionamiento cardíaco y respiratorio, la mayor fuerza muscular, huesos más densos, menor susceptibilidad a la depresión, mejora de la postura y la alineación corporal, mejora de la ambulación y la coordinación, estimulación de la circulación sanguínea y el metabolismo, mejora del habito del sueño, reducción del stress, normalización del peso. Además, gracias al ejercicio se puede reducir las dosis de medicación en enfermedades crónicas. El ejercicio debe practicarse en forma regular, y el programa de ejercicios debe ser planificado para que la frecuencia cardiaca no exceda los 130 latidos por minuto.
2. DIETA: se debe disminuir la ingesta de calorías, ya que disminuye su actividad. Además hay problemas digestivos, de masticación o de elaboración de la comida. Se deben tomar suplementos vitamínicos y minerales. La tercera edad es una población con alto riesgo de desnutrición.
3. ACCIDENTES: hay propensión por mala visión, audición, artritis, enfermedades neurológicas, alteraciones de la coordinación y equilibrio. Tienen además cicatrización más lenta. Se previenen con casa de una planta, escaleras con pasamanos, luces fuertes, agarraderas, barras, moquete clavadas.
4. STRESS: factor predisponente a enfermedades cardiovasculares.
5. SOBREMEDICACIÓN: es más importante en los ancianos que viven solos. Las personas de tercera edad son más sensibles a los medicamentos y padecen más efectos adversos. Por otro lado, están más sobremedicados y eso contribuye a la mala nutrición.
Vamos a mencionar brevemente algunos trastornos físicos o psíquicos que afectan la tercera edad.
ALTERACIONES CRÓNICAS: La mayoría esta afectada por lo menos por un padecimiento crónico. 4 de cada 5 personas de 65 años o más padecen una enfermedad crónica y muchas padecen varias. Las principales son: artritis, hipertensión arterial, alteraciones auditivas, cardiopatías, cataratas y otras enfermedades oculares, sinusitis, trastornos ortopédicos, diabetes, alteraciones venosas, enfermedades respiratorias, cáncer. Cuando éstas se detectan precozmente se puede hacer mucho para retardar su progresión y reducir sus efectos invalidantes. Nuevamente mencionamos la importancia de cambios en el estilo de vida, dieta, ejercicio, descanso adecuado, intercambio social, etc.
NEUROSIS DE ENVEJECIMIENTO: Es muy frecuente, se manifiesta por depresión rotunda, cansancio, debilidad, sensación de no ser apreciado, resentimiento, dolencias somáticas ( mareos, tic, cefaleas, visión borrosa, dolores de cuello, insomnio, anorexia) y temores. Se lo suele medicar con ansiolíticos sin considerar cómo la fisiología del anciano modifica los fármacos, ya que en algunos casos la absorción se altera y el fármaco se retiene mas o se elimina con demasiada rapidez.
DEPRESIÓN: 30-60% de personas de mas de 65 años la padecen. Muchas veces suele pasar desapercibida. Se deben investigar otros trastornos de base como anemia, enfermedades cardiovasculares, enfermedades renales, Parkinson, cáncer. Los síntomas concomitantes pueden ser: insomnio general, constipación, anorexia, disminución de la libido, agitación psicomotora, somnolencia, indecisión, falta de energía.
ALCOHOLISMO: Es poco frecuente
DEMENCIA SENIL: es una perdida de memoria a corto plazo, dificultad en retener los pensamientos, desorientación en tiempo, espacio y con personas. Se alteran todas las funciones intelectuales. Este síndrome de disfunción mental puede estar causado por factores no orgánicos y los dos tipos más frecuentes son: Enfermedad de Alzheimer y Demencia multi-infarto, siendo esta ultima la menos frecuente y debido a arteriosclerosis (20% de las demencias). Otras alteraciones mentales son la Enfermedad de Parkinson, Coreas y Esclerosis múltiple. La enfermedad de Alzheimer es la causa de disfunción mental más frecuente (30-50%) y algunas de sus manifestaciones son: pérdida de memoria, cambios de la conducta, persecución, dificultad en el lenguaje, agitación.
ACCIDENTES CEREBROVASCULARES: las pérdidas funcionales dependen del sector encefálico dañado: parálisis o paresis, trastornos del lenguaje, daños sensoriales, etc.
Para concluir, no podemos evitar que las personas envejezcan y no podemos evitar indefinidamente la muerte. No obstante, se puede evitar la declinación acelerada y la muerte prematura.
Podemos definir al anciano sano como las personas que pueden o no haber experimentado una gran perdida social, económica, física, o afectiva en su vida pero que han encontrado formas de adaptarse con mínimas dificultades. También se incluye a los que han experimentado poca declinación física. La calidad de sano parece estar relacionada con el grado de incapacidad: cuanto más móvil es una persona anciana más probable es que afirme que su salud es buena.
La educación para el bienestar versa sobre las dimensiones de autoresponsabilidad, conocimiento nutricional, buena forma física, manejo del stress, y sensibilidad. Todo esto es crucial para el bienestar individual. El "estar Bien" se define como estar en condiciones buenas, favorables o satisfactorias más que por la ausencia de enfermedad, es un proceso que afecta al individuo en sus tres esferas: física, mental y emocional. Desde esta perspectiva la salud es un aspecto en la consecución del bienestar.
Por todo lo expuesto la Escuela Oriente ofrece un servicio de atención para la tercera edad que tiene en cuenta todo lo anterior. Este servicio consiste en:
- Grupos de aprendizaje de auto masaje
- Cursos básicos de shiatsu y digitopresión practicados en el propio grupo
- Gimnasia terapéutica y preventiva para la tercera edad
- Orientación higiénico - dietética - culinaria.
La práctica se realiza una vez por semana durante dos horas, con precios institucionales ($20 por mes)
Para concluir, algunos pasos de auto masaje para tercera edad:
1. Frotar con vigor ambas manos.
2. Presionar varias veces cada dedo de la mano hacia las uñas.
3. Enroscar y desenroscar cada dedo de la mano.
4. Tirar cada dedo hacia atrás.
5. Presionar los ángulos de las uñas.
6. Palmadas en la planta del pie.
7. Golpetear los talones en el piso.
8. Enroscar y desenroscar los dedos del pie, tirando hacia fuera, uno por vez.
9. Sacudir las manos.
10. Sacudir los pies.
11. Frotar el abdomen por debajo del ombligo con ambas manos.
Dra. Alejandra Maratea